La etapa de un negocio que no quisiéramos que nunca llegue: El declive

Todo empezó con un lindo sueño. Lleno de dudas y miedos quisimos darle solución a un problema que tenía determinado grupo de clientes a través de nuestro producto o servicio y lo logramos.
Con esfuerzo superamos cada una de las etapas de un emprendimiento, desde el valle de la muerte donde intentamos llegar rápidamente a nuestros primeros clientes a sabiendas del riesgo de contar con pocos fondos para empezar, hasta luego alcanzar el punto de equilibrio, consolidarnos, y buscar una expansión.
Cada etapa fue llena de aciertos y fracasos pero sobre todo de muchos aprendizajes.
Pero finalmente algo pasó: el mercado, especialmente nuestros clientes que hoy cambian más rápido que nunca, ya no nos aceptan como antes sea porque ya nuestro producto o servicio no les sirve, o porque encontraron una mejor experiencia con un competidor que innovó antes que nosotros y los cautivó.
Es el momento de salir del mercado.
¿Por qué sucede (o te puede suceder) un declive y cierre del negocio?
Las causas de declive y cierre de un negocio son amplias, pero analizándolo desde el punto de vista financiero, una empresa debe cerrar cuando deja de ser rentable y por mucho tiempo (varios trimestres o años) presenta pérdidas, lo que agota los fondos y se vuelve operativamente inviable.
¿Cuándo o cómo debo darme cuenta de que esto está pasando?
Cuando tu empresa comienza a perder consistentemente participación en el mercado y empieza a debilitarse su economía, es un síntoma inequívoco de declive.
Pero probablemente en tu industria sea difícil medir la participación en el mercado, por lo que los indicadores que debes monitorear son: 1. las ventas, 2. los costos de adquisición de clientes y 3. La rentabilidad
- Las ventas.- Si las ventas empiezan a caer consistentemente, o incluso crecen marginalmente pero no al ritmo de la competencia, puede ser un síntoma de que las cosas no van bien.
- Pero si además cada vez los costos de adquisición de clientes son más altos, es decir que cuesta más esfuerzos y recursos traer nuevos clientes o fidelizar a los actuales, eso va debilitando los márgenes complicando la relación entre crecimiento (ventas) y rentabilidad.
- A consecuencia de los dos puntos previos, lo que sigue probablemente es una caída de los márgenes de rentabilidad, e incluso pérdidas, que si se van acumulando, ocasionarán que el negocio sea inviable y termine quebrando.
¿Cómo puedo evitarlo?
El mundo empresarial es tan competitivo hoy que la única forma para sobrevivir es:
- Siempre escuchando a tus clientes
- Estar atento a todas las nuevas tendencias que pueden impactar en mi industria
- Y mantenerse en un proceso de innovación permanente
¿Cuándo debo decir adiós?
La lucha es peleando, pero decidirlo muy tarde puede ampliar la brecha y el impacto puede ser mayor. Puedes plantearte opciones como diversificar, renovar, replantearte tu propuesta de valor, abrirte a nuevos mercados, pero debes tomar decisiones que puedan ser medibles y dar resultados en el muy corto plazo.
Cuando ninguna de estas opciones es viable, y las pérdidas empiezan a acrecentarse, es momento de cerrar, aprender de los errores, y mantenerte preparado para la siguiente oportunidad de empezar de nuevo.
¿Quieres saber más? Dale play al video que acompaña esta nota donde te contaré más de este tema, y no te pierdas las siguientes entregas.
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